Esta nueva versión de Emilio Hernández
sobre el guión originario de El Discurso del Rey (de David
Seidler), llega por primera vez a los teatros españoles de la mano
de Magüi Mira como directora y Adrián Lastra y Roberto Álvarez
como actores principales.
La historia conocida por todos, recrea
el momento de la historia en el que varios países, burlando el
Tratado de Versalles que ponía fin al estado de guerra, empezaron a
prepararse para un nuevo conflicto: la Segunda Guerra Mundial.
Fruto de las grandes disputas aún sin
resolver que la Primera Guerra Mundial había causado, se creó una
ascendente tensión que exigía la actuación de las potencias
europeas para frenar la actuación del totalitarismo alemán.
Tras la muerte del rey Jorge V de
Windsor, el pueblo británico miraba con preocupación el futuro de
su país ya que el príncipe Eduardo, quien había de suceder la
Corona, se preocupaba más por otros asuntos ajenos a los asuntos de
estado, como conseguir su matrimonio con Wallis Simpson, una
americana doblemente divorciada... La imposibilidad de que el propio
cabeza de la iglesia viviera con semejante discordancia, le llevó a
su abdicación. Su hermano menor Jorge VI, se vio obligado a
responder junto a Winston Churchill, para garantizar la seguridad de
Gran Bretaña y se declaró rey.
El problema era que todo líder
necesita tener una palabra firme y persuasiva para mover masas, lo
que precisamente le fallaba a Jorge VI debido su tartamudeo.
Esta historia de superación muestra
como un rey sin confianza en él mismo va evolucionando hasta
adquirir la suficiente seguridad como para conducir su país durante
la guerra mundial.
Ya en escena, la obra comienza con el
desastroso discurso de Jorge VI (todavía príncipe) en un acto de
clausura en Wembley (1925). La imagen impactante que se muestra al
abrirse el telón ya nos trasmite el fuerte sentimiento de vergüenza
que siente al haber hablado en público, como si nos encontrásemos
completamente desnudos.
Resulta admirable el trabajo hecho por
el actor Adrián Lastra para poder integrar con tanta naturalidad su
tartamudez, y por toda la tensión que es capaz de crear con su
impotencia. También resaltar la sonoridad de su voz.
En la obra se observa muy bien esta
evolución en el habla, así como la relación de amistad con el
terapeuta Lionel Logue (Roberto Álvarez), con no precisamente muy
buenos inicios...
Lionel nos contagia con toda su energía
(aunque a veces le haya faltado un poco de escucha para no comerse
alguna que otra réplica), y por otro lado encontramos a David (el
hermano del rey) y Wallis, quienes consiguen crear en el espectador
tirria hacia sus personajes. Pero tengo que decir que su actuación
fue totalmente externa, con toniquetes para tratar de recrear a los
típicos inaguantables.
La relación entre Jorge VI (Bertie) y
su esposa (interpretado por Ana Villa), es muy tierna.
En relación con el texto, me ha
encantado los toques de humor que se mezclan en los momentos de
tensión, de manera que posiblemente te reías mucho más que en
cualquiera de las comedias actuales que utilizan temas
convencionales para causar la risa fácil. Adrián Lastra es todo un
cómico.
Quizás pueda resultar la obra
demasiado larga, pero a mi me ha encantado.
Del 29 mayo- 28 junio 2015
Teatro Español (sala principal)
Masrtes a viernes 20h, sábados 18 y 21h y domingos 20h.
Estradas de 7 a 22€


me ha encantado almu!!
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