Lágrimas sobre el viento puso
fin a la primera edición del Festival de Teatro UNIR Chamberí, en
la que participaron producciones como Las mocedades del Cid y
Hablando de España, entre
otras.
León
Felipe. Lágrimas sobre el viento,
es un homenaje al poeta zamorano que se exilió voluntariamente a
México en 1938, tras haber luchado en la Guerra Civil española.
Este
montaje, dirigido por Ignacio García, nos muestra un ejemplo de
otros tantos artistas derrotados por el fascismo que tuvieron que
huir por la defensa de sus ideales.
El
poeta, triste por la situación de su país, se encontrará con el
dilema de seguir con su España dolorosa pero querida o buscar otra
patria. México resultará ser el destino de muchos de los
intelectuales exiliados, desde donde miran con tristeza su tierra.
Mientras que España se empobrecía ideológicamente, México se
agrandó tras recibir a todos esos artistas.
Resulta
paradójico presenciar ahora la obra, en estos tiempos de paz para
España y donde México ya no es un lugar mejor.
La
obra recoge un resumen de la vida de León Felipe; narra cómo fue
desarrollando su vida literaria, partiendo de farmacéutico, y
explorando su faceta de actor, hasta llegar a su vocación por la
lírica. Está protagonizada por Santiago Ramos, quien recita varios
de los versos que el poeta dedica a la libertad. E intervienen Raúl
Escudero y la mexicana Aurora Cano (Berta Gamboa, mujer de León
Felipe en la obra).
En sus
poemas se encuentra de manera implícita el teatro y todos, con un
lenguaje sencillo, incitan a la acción.
Durante
su representación, en la pequeña sala de Chamberí, se creó un
ambiente muy cálido y que al acabar, resultó inspirador para todos los
presentes.
Fue un
encuentro íntimo de no muchos espectadores, lo que lo convirtió,
con la ayuda de la luz y la básica escenografía, en algo mucho más
acogedor.
Al
principio me resultó chocante que, durante la representación, el
propio protagonista actuase sentado con la cabeza gacha y mirando tan
pocas veces al público, y es que tenía el texto sobre sus manos.
Pero es que en realidad se trataba de una dramatización y no de una
obra de teatro en sí misma sobre su vida poética. Pero luego, habiendo obviado
esto, disfruté mucho de la obra.
El
poeta, aunque fuera de su verdadera patria, tratará de defender sus
ideales y desde allí, su poesía “atravesará mares” con la
fuerza y la ayuda del viento.
¡Qué lástimaque no pudiendo cantar otras hazañas,porque no tengo una patria,ni una tierra provinciana,ni una casasolariega y blasonada,ni el retrato de un mi abuelo que ganarauna batalla,ni un sillón de viejo cuero, ni una mesa, ni una espada,y soy un pariaque apenas tiene una capa...venga, forzado, a cantar cosas de poca importancia!
León Felipe.

No hay comentarios:
Publicar un comentario